El acto de reprimir las emociones o mantenerlas en lugar de expresarlas de forma saludable, es similar a jugar con un globo lleno de aire y tratar de hundirlo bajo el agua, forzando aun más hacia abajo y donde finalmente se escapa. Por desgracia aunque las personas sean muy buenas en la retención de las expresiones emocionales, todavía se puede experimentar ese tipo de emoción por dentro. Este tipo de auto control puede tener efectos muy dañinos para la salud de las personas, en especial si se involucra en sofocar las emociones con más frecuencia que se las exprese.
Algunas personas que reprimen sus emociones, tienen una salida directa hacia la comida, a esto se le llama comer emocionalmente. Según muchas clínicas, el comer emocionalmente es una forma de reprimir las emociones y por lo general consiste en ahogar sus penas en comida. Además, esta recurrencia a los alimentos para llenar vacios, puede resultar muy negativa ya que por lo general se recurre a alientos cómodos. Con esto queremos decir que son alimentos que suelen ser altos en azúcar refinada, harina y grasa, con poco valor nutricional. Esta práctica puede conducir a la obesidad, la cual aumenta el riesgo de enfermedades cardiovasculares, diabetes e hipertensión.
La cantidad de esfuerzo psicológico necesario para sofocar las emociones pueden ser lo suficientemente importantes como para afectar otras funciones cognitivas como la memoria. Según importantes estudios, se explica cómo se encuentran importantes alteraciones de la memoria en personas que tienden a reprimir sus emociones. Estos estudios también añaden que ahogar las emociones no es lo mismo que no poseer sentimientos, en cambio, parece que la energía necesaria para mantener la producción emocional dentro de las personas distrae lo suficiente como para hacer difícil la capacidad de la memoria.
Sofocar las emociones puede ser tanto un producto de la naturaleza como de una crianza personal o una combinación de ambas. Independientemente de la causa subyacente, la supresión de las emociones es probablemente la menos constructiva y probablemente la más destructiva. Es importante recordar que las emociones sofocadas no desapareces como si nada y su efecto sobre la mente, el estado de ánimo y el cuerpo pueden ser aumentadas sin una salida saludable para la expresión.
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