Existen ciertas preparaciones de alimentos que, además de ser deliciosas, ayudan al buen funcionamiento del organismo de tal forma que en ellas puede decirse que conviven las dos principales características que toda buena comida debe brindar: gusto y bienestar. Por tal razón, las ensaladas de frutas son una de esas opciones que cae bien e a cualquier hora en cualquier lugar bajo cualquier circunstancia, porque su composición natural hace que sean una opción de alimentación segura, fácil de llevar e incluso económica. Fuera de ciertos, considerados,  frutos exóticos por su alto precio como el kiwi, casi todos los demás sirven para preparar esta deliciosa y nutritiva alternativa.

Para su disposición, nada mejor que entender que las frutas se dividen en tipos especiales dependiendo se su sabor característico, cualidad que también está relacionada con las potencialidades de cada fruto en particular. En últimas, el gusto viene de la mano con las cualidades frutíferas, y es por ello que con el único objetivo de que usted deje entrar a su boca con toda seguridad y sin remordimiento las maravillas que nos ofrece la naturaleza, hay que tener en cuenta ciertas indicaciones especiales a partir de la clasificación antes mencionada.

Entre las frutas ácidas encontramos la piña, la mandarina y el limón. Las frutas semiácidas como la fresa, la uva y el lulo; las frutas neutras son las nueces, las avellanas, el coco, las almendras y el maní, y las frutas dulces como la papaya, la pera y la manzana. Ya teniendo claros estos conceptos, procedemos a decir que las frutas dulces se pueden mezclar entre sí, excepto la patilla o sandía que debe consumirse sola. Por ejemplo, usted puede hacer una ensalada de manzana con pera, o papaya con manzana, o pera con papaya; puede que le resulte hasta demasiado azucarado, pero esté seguro que le hará un gran beneficio a su cuerpo y de paso disfrutará de una deliciosa preparación.

Las frutas ácidas y semiácidas no permiten ningún tipo de mezcla entre sí. Para dar algunos casos, no se le ocurra hacer una ensalada de piña y mandarina, o mezclar fresas con uvas; es decir, no coma nunca una fruta ácida o semiácida detrás de otra o en combinación en un postre, porque entonces su poder terapéutico se puede volver en contra del organismo. El único tipo de frutas que se puede combinar con las demás son las neutras y entre ellas mismas también; de modo que mezcle coco, maní o nueces sin ningún reparo con otras que sean de su agrado.