Proporcionar una fuente de energía cuando se ejercita es fundamental para el organismo, pero no se debe olvidar que la grasa es un componente muy importante de cuerpo humano. Por desgracia,  cuando un exceso de calorías es ingerido, nunca es suficiente para quemar la grasa adquirida., el resultado es la acumulación excesiva de grasa en el cuerpo y no solo en el exterior. Existen muchísimos lugares en el cuerpo humano donde la grasa puede llegar a acumularse y si no se los para a tiempo, puede generar graves problemas de salud para todo el organismo que depende de nutrientes para sobrevivir.

Las buenas grasas  también conocidas como grasas esenciales, permiten que el cuerpo humano funcione normalmente  sobre una base diaria. Para las mujeres estas grasas  buenas ayudan a inducir el parto y calmar otros dolores hormonales. Las grasas esenciales se almacenan en el hígado, los riñones, los intestinos, músculos, medula ósea, corazón y los pulmones. Cada uno ayudado por este tipo de grasa esencial para el buen funcionamiento.

Las grasas también se acumulan en el tejido conectivo especial del cuerpo humano, conocido como tejido adiposo. Las grasas almacenadas aquí ayudan  en el uso  de la energía del cuerpo, como también el proporcionar  aislamiento térmico siempre determinado por el grosor de la capa de grasa.

La grasa subcutánea, que se encuentra  debajo de la piel se almacena en bolsas alrededor del cuerpo humano.  Alrededor del estomago es el lugar mas común donde suele reposar la grasa. Otras áreas de almacenamiento  de la grasa subcutánea  son la cara, los brazos, piernas, manos pies y la parte trasera. Tanto en niños como en adultos puede conducir a problemas de salud si no se las reduce tanto con dieta como con ejercicio.

La grasa visceral es la más peligrosa que puede llegar a existir, ya que se almacena alrededor de los órganos internos. Las cantidades excesivas de grasa visceral pueden desencadenar tanto a las hormonas como otras sustancias químicas en el cuerpo que  generan las condiciones tales como enfermedades cardiovasculares, presión arterial alta, diabetes tipo 2 y cáncer de recto  o de mama. A diferencia de la grasa subcutánea y visceral de grasa no puede ser fácilmente reducido por la dieta o el ejercicio por lo que siempre es necesario cuidarse bien de lo que se come para que el organismo no se vea afectado por este tipo de grasa dañina.



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